martes, 24 de agosto de 2010

ANARQUISMO

La anarquía, es la ausencia de Estado o poder público, o la situación política en la que ningún individuo ejerce coacción (poder público o gobierno obligatorio) sobre otros. Desde el punto de vista del anarquismo, la anarquía es aquella forma de agrupación social consistente en la asociación voluntaria y el pacto voluntario -sin coacción- entre personas, y en el rechazo a toda organización y pacto obligatorio, como por ejemplo, cualquier Estado. Las connotaciones de la palabra varían drásticamente según se considere esta situación: para los anarquistas, la anarquía es la máxima expresión del orden político, un orden libre y deseable; para sus críticos, se trata de un caos a evitar.
Es un sinónimo de acracia. A diferencia de la autarquía, un principio ético y moral filosófico, la anarquía se refiere a una filosofía práctica u orden político.

Anarquía significa sociedad organizada sin autoridad, entendiéndose por autoridad la facultad de imponer la propia voluntad, y no ya el hecho inevitable y benéfico de que quien mejor entienda y sepa hacer una cosa consiga con más facilidad hacer que se acepte su opinión, y sirva de guía, en esa cosa determinada, a aquellos que son menos capaces que él. 
Para nosotros, la autoridad no sólo no es necesaria para la organización social, sino que, además, vive de ella como parásito, impide su evolución y desarrolla sus ventajas en provecho casi exclusivo de una determinada clase que explota y oprime las demás. Mientras en una colectividad haya armonía de intereses, mientras nadie quiera o disponga de medios para explotar a los demás, no habrá huellas de autoridad; cuando sobrevienen las luchas intestinas y la colectividad se divide en vencedores y vencidos, entonces aparece la autoridad que, por supuesto, queda en manos de los más fuertes y sirve para confirmar, perpetuar y engrandecer su victoria. 
Así lo creemos, y por eso somos anarquistas; si no creyéramos posible una organización sin autoridad, seríamos autoritarios; porque preferimos aún la autoridad, que paraliza y entristece la vida, a la desorganización que la hace imposible.

PARAMILITARES "ASESINOS"


Paramilitar o paramilitarismo, se refiere a organizaciones particulares que tienen una estructura y disciplina similar a la de un ejército, pero no forma parte de manera formal de las fuerzas militares de un Estado. Las organizaciones paramilitares, pueden o no, servir a los intereses del Estado y generalmente están fuera de la ley. Dentro de sus miembros pueden estar fuerzas policiales, mercenarios, integrantes de escuadrones de asalto o grupos de seguridad privados.
Estos grupos generalmente tienen un carácter de tropa irregular por lo que combaten sin obedecer las convenciones nacionales e internacionales para el ejercicio de la guerra, lo cual le permite excesos de violencia que serían inadmisibles en las fuerzas del Estado.

lunes, 23 de agosto de 2010

ANTIGLOBALIZACIÓN



¿Qué es el movimiento antiglobalización?

El Movimiento de Resistencia Global es una corriente de protesta mundial que aúna a decenas de grupos de diferentes países que tienen en común su rechazo al capitalismo y al modelo neoliberal. Es un movimiento en el que se dan cita colectivos diferentes como sindicatos, intelectuales de izquierda, ecologistas, indigenistas o grupos desfavorecidos que acusan al sistema económico de amoral e injusto.

Los diferentes grupos antimundialización llevan más de una década trabajando en cuestiones relacionadas con los problemas causados por la globalización de la economía mundial. Son numerosas las campañas que han organizado para la condonación de la deuda externa de los países pobres, o para la reforma del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.

A pesar de tener una trayectoria de a ños de trabajo, los antiglobalistas han acaparado espacio en los medios de comunicación y atención desde las instancias internacionales a raíz de la presencia de sus simpatizantes en actos paralelos a las grandes reuniones económicas y políticas internacionales. La protesta de Seattle, que consiguió abortar la reunión de la Organización Mundial del Comercio, supuso un punto de inflexión en la historia del movimiento.

La noticia de la presencia de más de 50.000 simpatizantes fue reproducida en los medios de comunicación de todo el mundo. Los enfrentamientos que allí tuvieron lugar dieron una imagen de violencia muy alejada de los verdaderos objetivos de los organizadores.

El éxito del Foro social de Porto Alegre en Brasil, celebrado en paralelo al Foro Económico Mundial supuso otra gran baza. Más recientemente, la cancelación de la conferencia que el Banco Mundial tenía previsto llevar a cabo en Barcelona no dejan duda sobre la fortaleza del movimiento de resistencia..


La criminalización de la antiglobalización

Muchas de las manifestaciones de los grupos acaban en altercados violentos, con la intervención de la policía y la detención de personas. Sin embargo, los representantes del movimiento insisten en que los protagonistas de la violencia poco o nada tienen que ver con ellos. En la misma línea aseguran que criminalizar al movimiento no es más que una forma de desprestigiar y acallar una voz que molesta y pone en peligro intereses económicos establecidos.

El movimiento antiglobalización está compuesto por diversas tendencias y miles de ideologías de sensibilidades distintas: grupos ecologistas, anarquistas, sindicales y civiles de diversas partes del mundo. Movimientos a veces hasta contradictorios pero con un objetivo en común: luchar contra organizaciones supranacionales, a las que acusan de estar al servicio de los países ricos en detrimento de los más pobres.A pesar de que, por su heterogeneidad, es difícil clasificar las fuerzas antiglobalización, las organizamos en diferentes categorías para dar una idea más general del movimiento. Hemos obviado hacer un apartado para las ONG’s ya que se inscriben a la vez en varias de las reclamaciones aquí expuestas.

Ecologistas
Para los grupos ecologistas, uno de los peores efectos de la globalización es la falta de respeto de la industria hacia el medio ambiente. Acusan a las grandes compañías de instalar sus fábricas en países del Tercer Mundo, donde la legislación sobre medio ambiente es más laxa o casi inexistente y denuncian que no sólo ponen en peligro, de manera irreversible, la biodiversidad del lugar y del planeta sino también las poblaciones autóctonas.
Sindicalistas

Los sindicatos están contra el libre comercio porque dicen que les quita empleo y se lo da a los trabajadores del Tercer Mundo, que cobran menos y están más explotados. Se oponen a que el comercio crezca a expensas de los derechos de los trabajadores. Además, denuncian el trabajo infantil y la esclavitud que existe en muchos países pobres.
Anarquistas

Una parte del movimiento anarquista o libertario es el grupo más "violento" dentro de las fuerzas antiglobalización. En contra de cualquier poder establecido, se le considera responsable de los episodios violentos en los que derivan algunas manifestaciones, a los que se unen en ocasiones grupos radicales o activistas de la violencia callejera (‘‘Kale Borroka’’), generalmente independentistas.

Agricultores/Consumidores
Dentro de las quejas del sector agrícola, predomina la voz de los agricultores europeos, que se consideran en peligro de extinción. Ven la globalización, y en especial a Estados Unidos y sus cuotas, como una barrera a la comercialización de sus productos, demasiado caros y sin posibilidad de competir con los llegados de EE.UU. o del Tercer Mundo si no es con las ayudas de la UE. También están en contra de los productos transgénicos, al igual que los agricultores de los países pobres, aunque por diferentes razones. Si los primeros ven en ello una amenaza para la seguridad de los alimentos, los segundos se quejan de que al comercializar con las grandes compañías que controlan el mercado de los transgénicos, se ven demasiado dominados por estas empresas, que les imponen el precio de compra y los métodos de cultivo. Además, están en contra del monocultivo, que obliga a los países pobres a vivir totalmente dependientes de la cotización de su producto en el mercado internacional, dominado por unas pocas multinacionales.
Conservadores

Dentro de esta categoría podríamos englobar a diversas tendencias: aislacionistas radicales de derechas norteamericanos, franceses o ingleses, que más que estar en contra de la globalización están en contra de la apertura de fronteras que para ellos implique pérdida de empleo y de identidad colectiva —frente a la llegada de extranjeros o a la homogeneización de la cultura ante una creciente ‘‘americanización’’.
Civiles

Muchos movimientos civiles opuestos a la libre circulación del capital financiero reclaman que se pague un impuesto para el movimiento de capital. También denuncian que por interés del mercado mundial se pasa por alto el comercio de armas y reclaman la condonación de la deuda del Tercer Mundo.
Otros

Entre los manifestantes antiglobalización es posible encontrar participantes de lo más variopinto como el caso de unas brujas de San Francisco, que protestaron en Seattle por temor a que la globalización acabase con su modo de vida. O cuestiones mucho más espinosas, como los grupos de exiliados tibetanos que se manifiestan contra los países que comercian con China, a quien acusan de no respetar los derechos humanos
Violencia en las protestas antiglobalización
Muchas de las manifestaciones de los grupos antiglobalización que se producen de manera paralela a las reuniones de los países más ricos, acaban en altercados violentos y brutales enfrentamientos con la policía. Fundamentalmente porque, junto a una inmensa mayoría de manifestantes pacíficos, las protestas reúnen a grupos minoritarios, como los anarquistas del llamado "Bloque negro", partidarios de la violencia callejera.

La muerte de un joven manifestante italiano por disparos de la policía durante la celebración de la Cumbre del G-8 en Génova plantea la cuestión de si podrán seguir celebrándose cumbres en estas circunstancias.
Y es que, como estaba anunciado y pese al enorme dispositivo de seguridad establecido por las autoridades italianas en Génova, la ciudad acabó convirtiéndose en una batalla campal. Incluso se llegó a establecer una "zona roja" de máxima seguridad y acceso restringido a residentes, participantes en la cumbre del G-8 y prensa. Además se sellaron alcantarillas y se cortaron calles con bloques de cemento y alambradas. La actuación de una minoría violenta y la totalmente desmedida respuesta policial acabó además con centenares de heridos y cuantiosos daños materiales.

El Gobierno italiano suspendió la aplicación del Tratado de Schengen, que permite la libre circulación de personas en la Unión Europea, además de clausurar tres días el puerto y el aeropuerto. Pero a la luz de los graves enfrentamientos registrados, parece que la decisión de "tomar" Génova con 20.000 agentes de policía y soldados para "evitar incidentes violentos" no tuvo ni mucho menos los efectos deseados.
El punto de inflexión en la historia del movimiento antiglobalización lo marca noviembre de 1999 y la presencia de 50.000 manifestantes en la ciudad estadounidense de Seattle. Las violentas imágenes de los manifestantes en contra de la globalización económica durante la "Ronda del Milenio" de la Organización Mundial del Comercio (OMC) consiguieron abortar la reunión de la Organización Mundial de Comercio. Los disturbios se saldaron con 500 detenidos y dos millones de dólares en daños materiales.

Posteriormente, en septiembre de 2000 la Asamblea conjunta del FMI-BM celebrada en Praga tuvo que clausurarse un día antes de lo previsto. Más de 10.000 personas participaron en las protestas, que terminaron con unos 900 detenidos y 150 heridos. El dispositivo de seguridad, integrado por unos 13.000 agentes, resultó insuficiente.

Junio de 2001 fue un mes muy activo para los antiglobalizadores. En Gotemburgo, los líderes europeos tuvieron que afrontar movilizaciones que una minoría de los allí presentes tornaron en violentas. La policía sueca abrió fuego real y los incidentes acabaron con varios manifestantes gravemente heridos.

Tras los sucesos de Gotemburgo, los Quince reforzaron su cooperación policial para impedir la violencia durante las protestas antiglobalización en las cumbres europeas y aplicar medidas operativas contra los alborotadores, supeditadas a las legislaciones de los países miembros.
Días después, el Banco Mundial que pretendía celebrar su encuentro anual en Barcelona renunció a la reunión. La conferencia se llevó a cabo a través de Internet, lo que no impidió que se convocaran manifestaciones que acabaron en violencia a causa de los incidentes y de la actuación policial.

¿Qué pretende el movimiento antiglobalización?

Los activistas antiglobalización exigen una sociedad más justa, el control del poder ilimitado de las multinacionales, la democratización de las instituciones económicas mundiales y la distribución más equitativa de la riqueza. Sus enemigos principales son las multinacionales y las grandes organizaciones económicas y políticas internacionales, fundamentalmente el Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI).

La condonación de la deuda externa es una de las exigencias de este movimiento y las campañas sobre el asunto han sido su simiente. El Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional son, para los grupos antiglobalización, los responsables de la asfixiante situación en la que se encuentran la mayor parte de los países pobres, incapaces de afrontar la deuda que en muchos casos supera su PIB (Producto Interior Bruto). Las instituciones monetarias, hijas del Bretton Woods, concedieron créditos masivos a los gobiernos de los estados pobres a lo largo de los años 70 y 80, exigiéndoles a cambio la reestructuración de sus economías e imponiendo reformas que implicaban un alto coste social y que se han demostrado económicamente contraproducentes.

Existen discrepancias dentro del movimiento entre aquellos que consideran que el BM y el FMI deben desaparecer y la corriente más moderada que aboga por una reforma de las mismas.

Las multinacionales como Macdonalds o Nike son blanco de los grupos antiglobalización, que tildan de amorales las prácticas de la compañía, especialmente la explotación de trabajadores del Tercer Mundo, en su mayoría mujeres y niños. La destrucción de los símbolos o propiedades de estas empresas se ha convertido en bandera de los sectores más radicales.
Opinión Personal

Según mi punto de vista, la globalización no es más que un retorcido plan creado por los países ricos para exprimir al máximo a los pobres. Necesitan de éstos para alimentarse de sus materias primas (sobre todo el petróleo), obteniéndolas de manera más económica, abusan de su precario estado y pretenden mostrar al resto de las personas su preocupación por el desarrollo de los países más desfavorecidos y, por el contrario, subsanan algunas de sus deudas para que éstos no se derrumben por completo, para así aprovecharse de ellos hasta sacarles la última gota de lo que les interesa. Los pobres hacen lo que está en sus manos para seguir adelante pero claro, si no tienen ni dinero para que se alimente la mayoría de la población, ¿cómo van a saldar sus deudas exteriores? Todos sabemos la respuesta a esta pregunta pero pocos se atreven a competir con los más poderosos. En este mundo reinan unos pocos egoístas que solo viven para su propio beneficio y contra eso, lo único que podemos hacer es reivindicarnos como hacen los grupos antiglobalización. Aunque muchas veces éstos colectivos demuestran su desacuerdo de forma violenta, parece que únicamente así nos prestaran un poco de atención. Con esto no quiero justificar su comportamiento pero es evidente que en la actualidad, lo que reina para imponerse es la fuerza. Sólo nos tenemos que fijar en los últimos acontecimientos para ver que esto es cierto y que la violencia está a la orden el día. En esta realidad de locos en la que vivimos, los más grandes se defienden a golpes, destruyendo países enteros por el simple hecho de enriquecerse económicamente, sin poner atención en la desgracia que están creando y pisando por encima de todos (como por ejemplo, en la guerra de Irak).
EXTRAIDO DE VARIAS FUENTES DE INFORMACIÓN







domingo, 22 de agosto de 2010

Declaración de los derechos humanos " haber si empezamos a cumplirlos"

VIDEO: http://www.youtube.com/watch?v=-3hc2qFZPaQ

Artículo 1.
Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros.

Artículo 2.
Toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición.
Además, no se hará distinción alguna fundada en la condición política, jurídica o internacional del país o territorio de cuya jurisdicción dependa una persona, tanto si se trata de un país independiente, como de un territorio bajo administración fiduciaria, no autónomo o sometido a cualquier otra limitación de soberanía.

Artículo 3.
Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona.

Artículo 4.
Nadie estará sometido a esclavitud ni a servidumbre, la esclavitud y la trata de esclavos están prohibidas en todas sus formas.

Artículo 5.
Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes.

Artículo 6.
Todo ser humano tiene derecho, en todas partes, al reconocimiento de su personalidad jurídica.

Artículo 7.
Todos son iguales ante la ley y tienen, sin distinción, derecho a igual protección de la ley. Todos tienen derecho a igual protección contra toda discriminación que infrinja esta Declaración y contra toda provocación a tal discriminación.

Artículo 8.
Toda persona tiene derecho a un recurso efectivo ante los tribunales nacionales competentes, que la ampare contra actos que violen sus derechos fundamentales reconocidos por la constitución o por la ley.

Artículo 9.
Nadie podrá ser arbitrariamente detenido, preso ni desterrado.

Artículo 10.
Toda persona tiene derecho, en condiciones de plena igualdad, a ser oída públicamente y con justicia por un tribunal independiente e imparcial, para la determinación de sus derechos y obligaciones o para el examen de cualquier acusación contra ella en materia penal.

Artículo 11.
1. Toda persona acusada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se pruebe su culpabilidad, conforme a la ley y en juicio público en el que se le hayan asegurado todas las garantías necesarias para su defensa.
2. Nadie será condenado por actos u omisiones que en el momento de cometerse no fueron delictivos según el Derecho nacional o internacional. Tampoco se impondrá pena más grave que la aplicable en el momento de la comisión del delito.

Artículo 12.
Nadie será objeto de injerencias arbitrarias en su vida privada, su familia, su domicilio o su correspondencia, ni de ataques a su honra o a su reputación. Toda persona tiene derecho a la protección de la ley contra tales injerencias o ataques.

Artículo 13.
1. Toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio de un Estado.
2. Toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluso del propio, y a regresar a su país.

Artículo 14.
1. En caso de persecución, toda persona tiene derecho a buscar asilo, y a disfrutar de él, en cualquier país.
2. Este derecho no podrá ser invocado contra una acción judicial realmente originada por delitos comunes o por actos opuestos a los propósitos y principios de las Naciones Unidas.

Artículo 15.
1. Toda persona tiene derecho a una nacionalidad.
2. A nadie se privará arbitrariamente de su nacionalidad ni del derecho a cambiar de nacionalidad.

Artículo 16.
1. Los hombres y las mujeres, a partir de la edad núbil, tienen derecho, sin restricción alguna por motivos de raza, nacionalidad o religión, a casarse y fundar una familia, y disfrutarán de iguales derechos en cuanto al matrimonio, durante el matrimonio y en caso de disolución del matrimonio.
2. Sólo mediante libre y pleno consentimiento de los futuros esposos podrá contraerse el matrimonio.
3. La familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a la protección de la sociedad y del Estado.
Artículo 17.
1. Toda persona tiene derecho a la propiedad, individual y colectivamente.
2. Nadie será privado arbitrariamente de su propiedad.

Artículo 18.
Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o de creencia, así como la libertad de manifestar su religión o su creencia, individual y colectivamente, tanto en público como en privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia.

Artículo 19.
Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.
Artículo 20.
1. Toda persona tiene derecho a la libertad de reunión y de asociación pacíficas.
2. Nadie podrá ser obligado a pertenecer a una asociación.

Artículo 21.
1. Toda persona tiene derecho a participar en el gobierno de su país, directamente o por medio de representantes libremente escogidos.
2. Toda persona tiene el derecho de accceso, en condiciones de igualdad, a las funciones públicas de su país.
3. La voluntad del pueblo es la base de la autoridad del poder público; esta voluntad se expresará mediante elecciones auténticas que habrán de celebrarse periódicamente, por sufragio universal e igual y por voto secreto u otro procedimiento equivalente que garantice la libertad del voto.

Artículo 22.
Toda persona, como miembro de la sociedad, tiene derecho a la seguridad social, y a obtener, mediante el esfuerzo nacional y la cooperación internacional, habida cuenta de la organización y los recursos de cada Estado, la satisfacción de los derechos económicos, sociales y culturales, indispensables a su dignidad y al libre desarrollo de su personalidad.

Artículo 23.
1. Toda persona tiene derecho al trabajo, a la libre elección de su trabajo, a condiciones equitativas y satisfactorias de trabajo y a la protección contra el desempleo.
2. Toda persona tiene derecho, sin discriminación alguna, a igual salario por trabajo igual.
3. Toda persona que trabaja tiene derecho a una remuneración equitativa y satisfactoria, que le asegure, así como a su familia, una existencia conforme a la dignidad humana y que será completada, en caso necesario, por cualesquiera otros medios de protección social.
4. Toda persona tiene derecho a fundar sindicatos y a sindicarse para la defensa de sus intereses.
Artículo 24.
Toda persona tiene derecho al descanso, al disfrute del tiempo libre, a una limitación razonable de la duración del trabajo y a vacaciones periódicas pagadas.

Artículo 25.
1. Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios; tiene asimismo derecho a los seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez u otros casos de pérdida de sus medios de subsistencia por circunstancias independientes de su voluntad.
2. La maternidad y la infancia tienen derecho a cuidados y asistencia especiales. Todos los niños, nacidos de matrimonio o fuera de matrimonio, tienen derecho a igual protección social.

Artículo 26.
1. Toda persona tiene derecho a la educación. La educación debe ser gratuita, al menos en lo concerniente a la instrucción elemental y fundamental. La instrucción elemental será obligatoria. La instrucción técnica y profesional habrá de ser generalizada; el acceso a los estudios superiores será igual para todos, en función de los méritos respectivos.
2. La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana y el fortalecimiento del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales; favorecerá la comprensión, la tolerancia y la amistad entre todas las naciones y todos los grupos étnicos o religiosos, y promoverá el desarrollo de las actividades de las Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz.
3. Los padres tendrán derecho preferente a escoger el tipo de educación que habrá de darse a sus hijos.

Artículo 27.
1. Toda persona tiene derecho a tomar parte libremente en la vida cultural de la comunidad, a gozar de las artes y a participar en el progreso científico y en los beneficios que de él resulten.
2. Toda persona tiene derecho a la protección de los intereses morales y materiales que le correspondan por razón de las producciones científicas, literarias o artísticas de que sea autora.
Artículo 28.
Toda persona tiene derecho a que se establezca un orden social e internacional en el que los derechos y libertades proclamados en esta Declaración se hagan plenamente efectivos.
Artículo 29.
1. Toda persona tiene deberes respecto a la comunidad, puesto que sólo en ella puede desarrollar libre y plenamente su personalidad.
2. En el ejercicio de sus derechos y en el disfrute de sus libertades, toda persona estará solamente sujeta a las limitaciones establecidas por la ley con el único fin de asegurar el reconocimiento y el respeto de los derechos y libertades de los demás, y de satisfacer las justas exigencias de la moral, del orden público y del bienestar general en una sociedad democrática.
3. Estos derechos y libertades no podrán, en ningún caso, ser ejercidos en oposición a los propósitos y principios de las Naciones Unidas.

Artículo 30.
Nada en esta Declaración podrá interpretarse en el sentido de que confiere derecho alguno al Estado, a un grupo o a una persona, para emprender y desarrollar actividades o realizar actos tendientes a la supresión de cualquiera de los derechos y libertades proclamados en esta Declaración.

Crimen Sollicitationis ODIO EL VATICANO

El "Crimen Sollicitationis" es un informe formulado desde el Vaticano con la finalidad de exigir a sus clérigos el camino a seguir ante un caso de violación sexual en el que se vea involucrado alguno de sus curas u obispos. La finalidad es que no salte el escándalo, que no se vea involucrada la iglesia en estos casos tan horrorosos, se pondrá encima de la mesa mucho dinero para callar a los violados y si no hay reacción se le amenaza con la excomunión.

Han sido miles y miles de casos silenciados por este decreto. La actitud del Vaticano ante estos casos ha sido el encubrimiento, muchos clérigos violadores podrían haber sido encarcelados después de haber cometido una violación, pero estos monstruos estaban protegidos por sus superiores y en vez de pisar la cárcel eran cambiados de parroquia, por lo cual seguían violando a otras criaturas impunemente. El actual Papa, Benedicto XVI, envía éste informe a todas las diócesis del mundo y amenaza con la excomunión a todos aquellos que no lo cumplan, el entonces cardenal Ratzinger, fue partícipe del encubrimiento hacia las violaciones de sus colegas religiosos. EL ENCUBRIMIENTO ES UN DELITO. No tengo nada en contra de la gente que felizmente sigue un camino hacia un Dios, lo respeto profundamente, aunque no lo comprenda. Por favor, a los que no hayan visto el siguiente documental, hos pido que lo veais tranquilamente y después me den su opinión.

http://www.youtube.com/watch?v=NKFrxhkeI5k
http://www.youtube.com/watch?v=UZdWhoRpjnY&feature=related
http://www.youtube.com/watch?v=zgGQF-Er0jU&feature=related
http://www.youtube.com/watch?v=265zyMrZu3o&feature=related
SKA-P : http://www.youtube.com/watch?v=ozLJItcRqB0

ODIO LA IGLESIA, ODIO EL VATICANO Y ODIO A TODOS AQUELLOS H. DE PUTA QUE LE PONEN LA MANO ENCIMA A UN NIÑO...

" CRIATURAS VULNERABLES, SALIR DEL EDEN DEL SEÑOR"

"No hay nada tan patético como una multitud de espectadores inmóviles presenciando con indiferencia o entusiasmo el enfrentamiento desigual entre un noble toro y una cuadrilla de matones desequilibrados destrozando a un animal inocente que no entiende la razón de su dolor... Un baño de sangre anual de mil millones de euros”

CRUELDAD Y DECEPCIÓN
Las corridas de toros son un espectáculo bochornoso en tres actos, de unos veinte minutos de duración, que escenifica la falsa superioridad y la fascinación enfermiza con la sangre y la carne de la que se alimentan, contra toda lógica ética y dietética, quienes creen tener un derecho divino a disponer a su antojo de la vida de otros seres sensibles, llegando incluso a justificar y trivializar la muerte del toro como arte y diversión; un comportamiento patológico que nace de una incapacidad para afrontar el dolor de las víctimas y una morbosidad irrefrenable ante la posibilidad de ser testigo directo de alguna cornada, o de la muerte del matador; un riesgo fortuito, infrecuente (un torero por cada 40.000 toros sacrificados), y sobre todo evitable que, sin embargo, incrementa el carácter macabro de la corrida.

Una caridad cruel e insolidaria
Igual que los carniceros y las guerras, las corridas de toros tienen mala imagen, y no es fácil presentar la muerte como arte, comida o libertad. Pero si el requisito para un festín es la matanza de un animal, y los tiros son los precursores de la libertad, quienes se lucran fomentando la diversión a costa de la vida animal también necesitan justificar y enfocar la atención de los consumidores y usuarios en la supuesta utilidad de sus productos y servicios apoyando obras de interés social; por ejemplo, a través de una corrida de beneficencia, un acto aberrante e insolidario que, sin embargo, puede servir de reclamo al tranquilizar algunas conciencias, sobre todo si el baño de sangre beneficia supuestamente a un asilo de ancianos, las hermanitas de los pobres, una asociación que defiende a los discapacitados como la Fundación Padre Arrupe, o instituciones como la Asociación Española Contra el Cáncer o la Cruz Roja, que también entró a formar parte del negocio taurino con la explotación del servicio de alquiler de almohadillas en la plaza de Sevilla.
La destrucción de cualquier vida, supuestamente en beneficio de los demás, es éticamente inaceptable; pero esto no impidió a las monjas de la Hermandad del Santo Cristo del Consuelo y Nuestra Señora de los Desamparados celebrar el año pasado en Ciudad Real una novillada o “festival taurino-religioso”, incumpliendo el artículo 2.418 del catecismo, donde se dice que hacer sufrir a los animales va contra la dignidad humana. Otro ejemplo pintoresco, impropio de una sociedad democrática y civilizada, que no guarda relación con una actitud solidaria y humanitaria hacia los discapacitados y los animales, tuvo lugar en Alcuéscar, Cáceres, donde el alcalde construyó con dinero público una rampa y una zona especial para que 80 espectadores en sillas de ruedas pudieran ser testigos de un linchamiento repugnante de animales físicamente sanos. La Diputación de Málaga también se ha sumado a este inusitado interés taurino por los discapacitados físicos, aportando dinero público para que la plaza de La Malagueta sea la primera del país en instalar un ascensor para minusválidos, que previamente eran trasladados en brazos por los empleados, habilitando el ruedo para todos los públicos, con la creación de rampas de acceso a la plaza y una barandilla para sujetar las sillas de ruedas.

Las administraciones públicas, propietarias del 65% de las más de trescientas plazas de toros españolas, a pesar de las quejas de la inmensa mayoría de los contribuyentes que no desean apoyar con sus impuestos esta barbarie nacional que los intereses taurinos tratan desesperadamente de mantener e incentivar, siguen exigiendo un mayor número de corridas en los pliegos de adjudicación de los concursos taurinos; una carnicería anual, estéticamente impresentable que, con más de mil representaciones escenificando la masacre de un pacífico animal herbívoro que acaba en el desolladero, amenaza con ahogar con sangre, incluso, el interés de sus más fieles e incondicionales cómplices, ética y físicamente discapacitados, de una cobardía que a todos envilece.

Una siniestra farsa impuesta como fiesta nacional

Detrás de la barrera que les aisla de la sangre, los aficionados y curiosos, adictos a la muerte y al dolor ajeno, se jactan de alimentar un biocidio aberrante y estéril con la compra de abonos que les permiten ver hasta la saciedad un espectáculo nauseabundo en el que se torturan, uno tras otro, miles de veces, seis magníficos animales, condicionados desde el nacimiento para representar, junto con el caballo, el papel más funesto de un fatídico guión, dividido en tres “suertes”, en las que unos siniestros mercenarios muestran su desprecio a la vida, acosando y “castigando” a un noble toro, manipulado y traicionado, con arpones y picas afiladas, hasta que muere, asfixiado o ahogado en su propia sangre con los pulmones destrozados por la espada del matador, o apuntillado con un puñal con el que intentan seccionarle la médula espinal. Pudiendo haber sido sometido, según estudios veterinarios, a toda clase de mortificaciones fraudulentas, incluyendo, además del afeitado (del cual, según el artículo 47.2 del reglamento de 1996, son supuestamente responsables los ganaderos), el suministro de fármacos y purgantes, que actúan como hipnotizantes y tranquilizantes, pudiendo producir falta de coordinación del aparato locomotor y defectos de la visión antes de comenzar la farsa taurina y ser descuartizado por los picadores, que le clavan el hierro de la puya en el morrillo, abriendo, a modo de palanca, un tremendo agujero con la cruceta, cortando y destrozando los tendones, ligamentos y músculos de la nuca para obligarle a bajar la cabeza y poderle matar más fácilmente. Continuando con el suplicio de las banderillas; tres pares de arpones de acero cortante y punzante (llamadas también “alegradores”), que le rompen la cerviz, quitándole fuerza y vitalidad, antes de ser estoqueado por los sicarios de la espada y el puñal; una labor premiada con las orejas, rabos y patas arrancadas de sus víctimas, incluso antes de su muerte, como trofeos que testifican el grado de deshumanización de sus cobardes verdugos y quienes les alientan con el griterío inconsciente o un silencio cómplice.
Las corridas de toros, además de carecer de sentido ético y apoyo social, fomentan el desprecio hacia los animales y la insolidaridad entre los ciudadanos, acostumbrados a permanecer impasibles ante el linchamiento de un ser vivo. No siendo tampoco un espectáculo que cuente con el apoyo incondicional de sus más fervientes aficionados que protestan contra “la invalidez de los pseudotoros” y el incumplimiento reiterado de las normas que regulan la tortura del animal, cada vez más debilitado y “falto de casta”, que sufre la dolorosa indignidad del afeitado, una práctica que implica el corte de un trozo de pitón, dentro del mueco donde se le inmoviliza, sufriendo el llamado lumbago traumático, y destrozándose los músculos y tendones al luchar desesperadamente por librarse del yugo que sujeta su cabeza, saliendo desvencijado en el cajón hacia los corrales de la plaza, a donde llega tullido y sin fuerzas para afrontar los desgarradores puyazos que le inflinge el picador. Un vergonzoso fraude, tolerado y muy extendido, según los propios taurinos, que debería bastar para condenar y aislar públicamente a los matones que han impuesto, con el beneplácito institucional de sus vasallos políticos, este sucio negocio como emblema de la España negra y “fiesta nacional”.
El “arte de matar”: como modelo educativo, religioso y cultural
Aunque haya disminuido el apoyo popular a las corridas de toros, el fin de las fiestas crueles dependerá del grado de respaldo de los medios de comunicación, de los intereses económicos y de las instituciones públicas y religiosas que tradicionalmente las han justificado y mantenido, política y materialmente, a cambio de vender su alma al diablo o al mejor postor, permitiendo la implantación del “status quo” taurino y la pérdida de valores éticos y religiosos del modelo egoísta de sociedad actual, intolerante y cruel, que se manifiesta a través de las retransmisiones taurinas, la violencia deportiva y doméstica y la telebasura en general, con el silencio cómplice, egoísta o ignorante de los votantes que legitiman activa o pasivamente la violencia institucionalizada sin comprender el origen de los conflictos sociales y las guerras locales y transnacionales que condicionan e hipotecan el presente y el futuro de la humanidad.

El fomento de la crueldad y el desprecio a la vida llega incluso a redefinir y condicionar el comportamiento y la identidad cultural de los aficionados a la sangre, a través de nuevos videojuegos como “Torero, arte y pasión en la arena”, con una opción, presentada por un conocido torero, que enseña a dos jugadores las técnicas más refinadas para torturar y matar a sus víctimas virtuales o potenciales. Al igual que los esfuerzos, claramente tendenciosos para presentar una corrida de toros simbólicamente, con descaro o sutileza, como una expresión artística fascinante y respetable, a través del cine o del teatro, en obras como “Carmen” y “Don Juan en los ruedos”, de Salvador Távora, que llenan los escenarios de sangre real, vertida para satisfacer el morbo de los espectadores, o la película “Hable con ella”, del director Pedro Almodóvar, quien organizó corridas de muerte en Madrid y Guadalajara, que costaron la vida a varios toros, destruyendo la magia incruenta del cine para manchar de sangre a los espectadores y hacerles cómplices involuntarios de una atrocidad éticamente incomprensible e injustificable.

Uno de los factores que contribuyen a mantener y fomentar las corridas de toros es el aporte de dinero público de las instituciones locales y regionales a las escuelas taurinas, que surgieron junto a los antiguos mataderos municipales, donde se entrena a niños de doce y catorce años en “el arte de matar”, mediante competiciones y prácticas con terneros y vacas, que sufren atroces heridas e incluso, como en la escuela taurina de Madrid, mutilaciones de las orejas y el rabo antes de morir. Barbaridades que forman parte del ritual tauricida de las corridas, apoyadas y justificadas por representantes taurinos de la cultura, como el escritor y catedrático de ética de la Universidad Complutense de Madrid, defensor de las corridas de toros y de las víctimas del terrorismo, Fernando Savater, quien se jacta de que “las barbaridades a veces también tienen su mérito, su estética y su ética”, justificando demagógicamente la crueldad por no ser, según él, “el objetivo de la diversión”, sino “un ingrediente necesario”.

El gobierno de Andalucía, que también apoya las corridas de toros, justifica las escuelas taurinas que subvenciona haciendo una lectura parcial de los artículos 35 y 46 de la Constitución Española, que tratan del derecho al trabajo y la libre elección de un empleo o una profesión, así como el fomento y conservación del patrimonio cultural español, sin tener en cuenta el artículo 15, que trata del derecho a la vida, sin miedo a la tortura y a un trato inhumano y degradante, que convenientemente no se aplica a los toros y caballos víctimas de las corridas.

Otros factores económicos que contribuyen a mantener las corridas son la asistencia, nada grata, del turista ocasional que apoya, a menudo involuntariamente, el morboso espectáculo y la diversificación económica de los ruedos. Asimismo, mientras algunos ganaderos se benefician de la ayuda económica de la Unión Europea, destinada a la producción de carne, otras subvenciones públicas permiten la celebración de corridas de toros en pueblos y ciudades que carecen de medios económicos para organizarlas por su cuenta. La venta de carne de los animales sacrificados a los gourmets taurinos, que ignoran o desean ignorar la importante liberación de toxinas producida por el estrés de las víctimas y las enfermedades habituales relacionadas con su consumo, como tuberculosis, nefritis y parasitosis hepática, también contribuye a hacer más rentable la masacre taurina.
A pesar de la falta de apoyo público por los espectáculos crueles de las últimas estadísticas, coincidiendo con el auge del vegetarianismo/veganismo y la búsqueda de valores espirituales basados en el respeto a la vida; sin absurdas excepciones antropocéntricas o religiosas, la mafia taurina, que nunca en su macabra historia ha querido saber de leyes de protección animal (incompatibles con su actividad tauricida, destructora de hombres y caballos), trata desesperadamente de retrasar el inevitable fin de una sangrienta dictadura que extiende sus tentáculos por los satélites taurinos de Europa, América y otros feudos potenciales, imponiendo un espectáculo denigrante y remodelando o proyectando nuevos centros de tortura multiuso, con cubierta o techo retráctil, para subvencionar y equiparar el martirio de animales con otros espectáculos musicales y artísticos más lucrativos, como el centro multimillonario de la ciudad de Burgos, previsto para el 2004.

UNA PERSPECTIVA HISTORICA
Aunque las corridas de toros sean un espectáculo singular y vergonzosamente español, su origen se remonta a los sangrientos juegos romanos y las crueles venationes en las que se mataban miles de animales para divertir a un público sediento de sangre y fuertes emociones. Según cuenta Plinio el Viejo, en su Historia Natural, Julio César introdujo en los juegos circenses la lucha entre el toro y el matador armado con espada y escudo, además de la “corrida” de un toro a quien el caballero desmontando derribaba sujetándolo por los cuernos. Otra figura de aquella época, según Ovidio, fue el llamado Karpóforo, que obligaba al toro a embestir utilizando un pañuelo rojo. El sacrificio de toros también se incluía entre los ritos y costumbres que los romanos introdujeron en Hispania.

En Creta, además del relato de la mitología griega que cuenta las aventuras de Ariadna, hija del rey Minos, y Teseo, que mató al Minotauro, hay constancia de la celebración de juegos en la plaza de Cnossos, en cuyo palacio, conocido por el Laberinto, pueden verse frescos que muestran a hombres y mujeres en escenas de tauromaquia, guiados quizá por los mismos mitos y la ignorancia insensata que permite caracterizar a un pacífico animal como un monstruo o enemigo virtual, convirtiéndole en víctima real de nuestro fracaso evolutivo como seres humanos, para poder traficar con la vida y el dolor de cuantos carecen arbitriamente de nuestros inmerecidos privilegios.

El acoso y la matanza de toros en España como ritual de diversión

La primera referencia histórica de una corrida data de 1080, como parte del programa de festejos de la boda del infante Sancho de Estrada, en Ávila. Existiendo una conexión psicológica entre la corrida y estas celebraciones por la simbología ritual libidinosa imaginaria entre toro y torero, o entre lo masculino y lo femenino, con ramificaciones en el folklore y las fiestas populares, así como la relación libidinal entre el público y el torero, y otros elementos menos visibles que manifiestan todo un espectro de deseos, traumas y pasiones malsanas y enfermizas.

Aunque varios escritores apuntan que el Cid Campeador, Rodrigo Díaz de Vivar, fue el primer caballero español que alanceó toros, según Plinio, la práctica la introdujo Julio César, atacando él mismo con una pica a los toros a caballo. Una costumbre que los moros consideraban menos peligrosa que los torneos entre cristianos, que les preparaban para las batallas en las que los hombres se mataban del mismo modo.
Durante la Edad Media la corrida de toros se desarrolla y es monopolizada gradualmente por la nobleza que, influenciada por la galantería y el mal ejemplo de los reyes, como sucede en España en la actualidad, se disputaba la notoriedad pública, las atenciones de las damas y el respeto de los demás, exhibiendo su “valor” y gallardía, acosando y alanceando toros, considerados como enemigos totémicos de gran poder defensivo.

La reina Isabel la Católica rechazó las corridas de toros, pero no las prohibió, mientras que el emperador Carlos V se distinguió por su afición y mató un toro de una lanzada en Valladolid para celebrar el nacimiento de su hijo Felipe II, en cuyo reinado se promulgaron las primeras condenas eclesiásticas.

La complicidad del poder y la iglesia con las corridas de toros

En 1565 un concilio en Toledo para el remedio de los abusos del reino, declaró las funciones de toros “muy desagradables a Dios”, y en 1567 el Papa Pío V promulgó la bula De Salutis Gregis Dominici, pidiendo la abolición de las corridas en todos los reinos cristianos, amenazando con la excomunión a quienes las apoyaban, pero su sucesor Gregorio XIII modera el rigor de la bula de San Pío V, conforme al deseo de Felipe II de levantar la excomunión. En 1585, Sixto V vuelve a poner en vigor la condenación, que a su vez es cancelada en 1596 por Clemente VIII. Felipe III renovó y perfeccionó la plaza mayor de Madrid en 1619, con capacidad para casi sesenta mil participantes, y Felipe IV, además de alancear toros y matar uno de un arcabuzazo en la Huerta de la Priora, estoqueó a muerte a más de cuatrocientos jabalíes.

Durante los siglos XVI y XVII, en España y el sur de Francia ya se practicaba la suelta de vaquillas y toros por calles y plazas, y otros festejos como los toros de fuego y los toros embolados, ensogados o enmaromados, comparables en crueldad con el espectáculo aristocrático de la corrida en el que el caballero tenía un papel preponderante en el acoso y muerte del toro, que también sufría las mil provocaciones que le causaban los peones desde los burladeros o caponeras, los arpones que la chusma le clavaban y los arañazos de algunos gatos introducidos en algún tonel que el toro desbarataba. En Sevilla, se documenta una corrida, a cargo de la cofradía de Santa Ana, con “seis o doce toros con cinteros y sogas para regocijo del pueblo”, llegando a generalizarse en las grandes corridas a caballo, con rejones, la provisión de un primer toro “para que sea burlado, humillado y muerto por el pueblo de a pie”.

El entusiasmo de la nobleza por las corridas se mantuvo durante el reinado de Carlos II, pero a partir del siglo XVIII, cuando la nobleza se desentendió del toreo a caballo, a raíz de la prohibición de Felipe V de las llamadas “fiestas de los cuernos” (también rehusó participar en un auto de fe organizado en su nombre al principio de su reinado), se impuso el protagonismo plebeyo en el toreo a pie, con la novedad de la muerte del toro a manos de la gente más vil y poco refinada vinculada con el abasto de carne y los mataderos, donde desarrollaron su particular modalidad tauricida hasta formar en el siglo XVII cuadrillas de peones o chulos provistos de capas, que se unieron a los patéticos y despiadados jinetes (varilargueros), para correr (provocar el acoso del toro), doblar (hacerle dar vueltas bruscamente con el engaño), pinchar y rematar (desjarretar) a los toros agotados que rehuían el doloroso encuentro con sus verdugos a caballo y los perros de presa. Pasando de ser el enfrentamiento con el toro un entrenamiento “deportivo” a un negocio lucrativo que siguió contando con el apoyo real para erigir en la Puerta de Alcalá de Madrid la vieja plaza de obra de fábrica, donada por Fernando VI a la Real Junta de Hospitales, que fue inaugurada en 1754.

A partir de la segunda mitad del siglo XVIII se destinan extensas tierras para pastos, mientras el matador de toros alcanza renombre como espada y se consuma la dictadura taurina, al margen de la ley, con la proliferación de plazas permanentes, al estilo de los coliseos romanos, como un cáncer de la razón, con la consiguiente perversión y vulgarización de las malas costumbres y la pérdida de valores éticos y sociales que los españoles ilustrados trataron de corregir, sin éxito, con una legislación más humanitaria y socialmente acertada.

La conciencia humanitaria ilustrada y el despotismo taurino

A finales del siglo XVIII, una iniciativa para civilizar las costumbres del país del conde de Aranda, ministro del gobierno ilustrado de Carlos III y presidente del Consejo de Castilla, desembocó en la promulgación de la Real Orden de 23 de marzo de 1778, que prohibía las corridas de toros de muerte en todo el reino, con excepción de aquéllas destinadas a sufragar, “por vía de arbitrio”, algún gasto de utilidad pública o fines benéficos, siendo éstas prohibidas también posteriormente por la “pragmática-sanción en fuerza de ley” de 9 de noviembre de 1785, que contemplaba su “cesación o suspensión”. Finalmente, por el decreto de 7 de septiembre de 1786 se consumó la total prohibición de todos los festejos, sin excepciones, incluidas las corridas concedidas con carácter temporal o perpetuo a cualquier organismo como “las Maestranzas u otro cualquiera cuerpo”. En 1790, otra “Real Provisión de los señores del Consejo”, erradicaba, no sólo la versión espectáculo de la recién inventada “corrida moderna”, sino cualquier celebración que tuviera al toro como víctima protagonista, en virtud de la cual se prohibía “por punto general el abuso de correr por las calles novillos y toros que llaman de cuerda, así de día como de noche”. En 1805, otro real decreto de Carlos IV reiteraba la abolición de las corridas de toros en España y sus territorios de ultramar, aunque se toleraban algunas excepciones con fines benéficos. Prohibición que dejó de ser efectiva incluso antes de la llegada de Fernando VII, el rey absolutista que restaura el tribunal de la inquisición (abolido en 1808) y da su apoyo a las corridas, mientras suprime las libertades y la constitución de 1812. Cerrando las aulas de la Universidad en todo el reino, al mismo tiempo que crea, en 1830, la primera escuela de tauromaquia, con sede en el matadero sevillano, que sería cerrada tras su muerte, en 1834, bajo la regencia de María Cristina.
El deseo de la mafia taurina de afianzar su poder e imponer su espectáculo a toda costa a la población española incrementa el ritmo de construcción de circos de muerte a lo largo del siglo XIX (en respuesta a la prohibición legal de las corridas), en cuyo período se erigen y se aumenta la capacidad de la mayoría de los que hoy están en uso. Provocando el apasionado clamor literario de la poetisa española Carolina Coronado (1823-1911) contra la profusión de circos taurinos, en su poesía Sobre la construcción de nuevas plazas de toros en España. Durante el siglo XIX se regula la matanza de los toros al margen de la ley, publicándose en 1836 la Tauromaquia completa, mientras se organizan espectáculos en los que participan perros y otras especies animales, al más puro estilo del antiguo circo romano, como el enfrentamiento que tuvo lugar en Madrid entre un toro y un elefante en 1898.

La muerte de miles de caballos, horriblemente destripados, convierte las corridas de toros en verdaderas carnicerías que acaban reduciendo la población equina a la mitad en el último tercio del fin de siglo, lo que motiva la introducción en 1928 del peto, una colcha protectora de invención francesa, que no elimina el sufrimiento del caballo, pero evita herir la sensibilidad de los espectadores que menos toleran la sangre.

Los ganaderos manipulan el comportamiento y la fuerza del toro reduciendo su tamaño y fabricando un animal acomodaticio por medio de sucesivos cruzamientos para adaptarles al ritual taurino “moderno”.

Pablo Iglesias (1850-1925), figura indiscutida del Partido Socialista (PSOE) desde su legalización en 1881, condena públicamente las corridas de toros; pero es su propio partido el que las legaliza de nuevo en España mediante el Real Decreto 176/1992, de Juan Carlos I, que, lejos de tipificar la crueldad como delito como corresponde a un gobierno constitucional democrático, establece las medidas para fomentar la barbarie taurina “en atención a la tradición y vigencia cultural de la fiesta de los toros”, especificando las características y el tamaño de las armas, legalmente homologadas, que los verdugos deben emplear para torturar a sus víctimas, como las banderillas; más largas que hace dos siglos, las banderillas negras (que reemplazaron a las de fuego con cartuchos de pólvora), para aterrorizar al toro manso que no colabora con sus verdugos, así como la puya o pica, la espada o estoque y la puntilla propia del matadero y el arsenal taurino.

El negocio taurino fuera de España: una cuestión de vida y muerte

Las corridas de toros en América, Francia y Portugal atravesaron las mismas vicisitudes que en España, decretándose prohibiciones civiles y eclesiásticas que, salvo algunas excepciones, no se respetaron, aunque contribuyeran al desarrollo de un estilo diferente de espectáculo, igualmente cruel, basado en el tormento y la muerte de un animal sensible.

En Francia, la entrada en vigor de la ley Grammont prohibiendo las corridas de toros el 2 de julio de 1850, no impidió la introducción de las corridas de muerte al estilo español, para satisfacer a la emperatriz española, Eugenia de Montijo, que intervino personalmente para solicitar la suspensión de la prohibición que afectaba a una serie de corridas en Bayona, programadas para el verano de 1853, en las que murieron 19 toros y 39 caballos. A pesar de lo cual, las corridas siguieron estando legalmente prohibidas durante cien años en todo el territorio nacional, hasta la adopción, por el Consejo de la República, el 12 de abril de 1951, de una proposición de ley declarando que la ley anterior “no era aplicable a las corridas de toros cuando una tradición ininterrumpida podía ser invocada”.

Temiendo que una mayor preocupación por los derechos de los animales haga más difícil mantener engañada a la opinión pública mundial, la mafia taurina trata desesperadamente de exportar su esperpéntico espectáculo a cualquier país sin ninguna tradición taurina como Egipto y Rusia, o a otras ciudades de Francia como París, donde intentaron organizar una corrida, en junio de 2002; o Carcasona, donde se montó una corrida por primera vez desde 1954, después de que el alcalde y la corte superior de justicia hicieran prevalecer la escapatoria legal de que existe “una tradición local ininterrumpida”, una disposición que excluye a las corridas de toros y peleas de gallos de las sanciones previstas en la actualidad para el maltrato de animales en la ley francesa de protección de los animales del 15 de julio de 1976.

“Según una encuesta francesa de 1993, el 83% de la población está en contra de las corridas de toros, y sólo las apoya un 11%”.

En Portugal, donde la crueldad y el sufrimiento de los animales es similar al resto de la península, a pesar de la prohibición de las corridas de muerte al estilo español en 1928, la tradición de matar a los toros en las plazas de las ciudades fronterizas con España continúa en lugares como Villa de Barrancos, donde las autoridades las han permitido durante décadas. Paradójicamente, una nueva ley permitirá nuevamente la matanza del toro en los ruedos, en las ciudades que puedan demostrar haber mantenido ininterrumpidamente la costumbre de matar toros y de haber incumplido sistemáticamente la ley durante al menos cincuenta años.

Los falsos argumentos utilitaristas en defensa de las tradiciones para justificar la tortura de los toros no justifican de ninguna manera ningún acto basado en el suplicio gratuito de nuevas especies animales, pero el abuso sistemático de animales de cualquier especie acaba insensibilizando a la opinión pública ante el sufrimiento animal, permitiendo, por ejemplo, incluso encierros de avestruces en Aragón y en poblaciones como Fuengirola, sin tener en cuenta las consecuencias físicas, psicológicas, morales o éticas para las víctimas involuntarias o para quienes participan de buena gana en cualquier espectáculo cruel y degradante.

Si deseamos atajar la violencia contra los animales de cualquier especie y empezar a construir una sociedad basada en el respeto a la vida y a los demás, debemos avanzar en la dirección más humanitaria de otros países de la Unión Europea como Alemania, Italia o el Reino Unido, y mejorar el estatuto de los animales en España y otros países como Portugal, Francia, México, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela, condenando sin paliativos la tortura de cualquier ser vivo a nivel europeo e internacional y reformando el artículo 632 del Código Penal español, que es totalmente ineficaz para prevenir los casos de crueldad con los animales, ya que sólo se aplica a los espectáculos no autorizados legalmente, en cuyo caso el maltrato sólo está castigado como una falta, con una multa.

EL DESPERTAR DE LA CONCIENCIA PÚBLICA
Los continuos esfuerzos de las instituciones en apoyo de las corridas de toros y las fiestas crueles, en las que se torturan animales de varias especies en la España democrática, se enfrentan al creciente rechazo de una juventud más crítica que busca una relación más sincera y armoniosa con los animales y la naturaleza, y a una opinión pública más escéptica y dispuesta a cuestionar, no sólo la calidad y el origen de los alimentos, sino también las diversiones más aberrantes. Lo cual posibilitaría el fin de la permanente sangría nacional y un mayor progreso económico, social y cultural del país haciendo realidad el sueño de erradicar las costumbres violentas, insolidarias y crueles, como las corridas de toros, prohibidas hace más de dos siglos por nuestros ilustres antepasados como una enfermedad social que se manifiesta, de múltiples formas, destruyendo nuestra sensibilidad y el sentido ético y estético de cuantos aceptan como normal que las partes mutiladas de un animal herbívoro pacífico sirvan de recompensa a sus verdugos, y fomentando incluso el machismo y la violencia de genero; ya que si se acepta que un ser vivo pueda ser torturado por lucro y diversión, también la condición humana puede ser objeto de la misma consideración.

José Vargas Ponce, capitán de fragata, miembro y director de la Real Academia de la Historia, y notable erudito, amigo de los principales ilustrados de la época, como Jovellanos y Villanueva, resumió en su Disertación sobre las corridas de toros, escrita en 1807, todos los argumentos antitaurinos del siglo XVIII, trabajo que, lamentablemente, no trascendió más allá del limitado círculo académico, quedando inédito en los archivos hasta 1961, cuando Julio Guillén Tato, otro marino académico, editó la Disertación y alguna documentación complementaria, en la que el autor condena las diversas perversiones que se resumen en la corrida de toros: “¿Será posible que espectáculo por tantos títulos bárbaro, expuesto e indecoroso, haya tolerado siglos y siglos, sin repugnarlo, la gente española?”. En otro apartado sobre los perniciosos efectos que este espectáculo produce en el carácter colectivo de los españoles, dice: “Esto es en el fondo el objeto de cada corrida; esto es lo que representa y multiplica las escenas: fiereza procurada por el hombre, daños y carnicerías voluntarias, dechados perennes de crueldad y de ingratitud, y sangre vertida y mezclas de sangres, y siempre sangre y más sangre. Pues si estos son los ejemplos de los toros, ¿qué pueden producir los toros? Dureza de corazón, destierro de la dulce sensibilidad y formas tan despiadadas y crueles como el espectáculo que miran”.

Las corridas de toros y los derechos naturales de los seres vivos.

El significado histórico de los derechos civiles, la libertad de expresión y la extensión de los derechos naturales a los seres humanos y a los animales, por primera vez con criterios puramente humanitarios, surgió de una profunda reevaluación de los valores éticos y las prioridades humanas que permitió cuestionar cualquier forma de explotación animal como la domesticación de animales, que es un modelo para el sometimiento social, al igual que la caza, que históricamente ha representado una afirmación de poder y virilidad, y la vivisección que, además de una atrocidad científica, hipoteca nuestra salud, haciéndonos rehenes de los criterios mercantilistas de la industria farmacéutica, que no concibe la salud sin el recurso obligado a las medicinas.

Para hacer frente a las corridas de toros como una costumbre cruel e institucionalizada, antes es necesario entender la relación existente entre este arcaico espectáculo y la primitiva escala de valores de la cultura carnívora en la que se sustenta, que considera a los seres humanos y a otros seres vivos como enemigos potenciales a quienes es posible dominar o sojuzgar, además de consumir sus despojos. Dado que una forma de explotación suele justificar la otra, y ambas pertenecen a una mitología que aparta a los animales de nuestro ámbito moral.

Joseph Ritson (1752-1803), decía en 1802, en su Ensayo moral sobre la abstinencia, que la relación entre el consumo de animales y el comportamiento cruel y despiadado del ser humano, es un hecho históricamente demostrado. Y que el origen de los mal llamados deportes bárbaros e insensibles de los ingleses, como las carreras de caballos, la caza, el tiro con escopeta, el acoso con toros y osos, las peleas de gallos, los combates profesionales de boxeo, y otros tantos, está en la adicción a la carne.

El vegetarianismo como base del progreso social y cultural

Las raíces del movimiento vegetariano, que llegaría a ser la base de las campañas en pro de los animales y sus derechos, tienen su origen en los ideales de la Ilustración y de quienes han creído y luchado por un mundo más justo para los seres humanos y los animales; intelectuales ilustrados como el conde de Aranda (1719-98), diplomático y primer ministro de Carlos III, y Gaspar Melchor de Jovellanos (1744-1811), jurisconsulto, estadista y escritor, se caracterizaron por su rechazo frontal a las corridas de toros, promoviendo la cultura, el bienestar social y la mejora de las costumbres. Cuya influencia se dejó sentir en toda la generación de los literatos del 98 que, con la excepción de Valle-Inclán, se opusieron a las corridas de toros. Miguel de Unamuno transformó el antiguo lema de Pan y Juegos en Pan y Toros, criticando a las masas que acudían a las corridas en busca de una macabra y sangrienta diversión, mientras que Pío Baroja expresó su preocupación por el sufrimiento de los animales.

Los libros de Tomas Payne (1737-1809), “Sentido común” y “Los derechos del hombre”, cuya influencia marcó el curso de la historia de la humanidad, y Joseph Ritson, quien creía que los sacrificios rituales de animales permitieron que el ser humano empezara a comer carne, representaron los ideales de la Ilustración para todos aquellos que creían en un nuevo concepto universal de la justicia para los seres humanos y los animales, sentando las bases del movimiento vegetariano internacional del que forman parte organizaciones como la Unión Vegetariana Internacional (IVU) y diversas asociaciones veganas internacionales que promueven un estilo de vida más sano y solidario, basado en una alimentación de origen vegetal, que rechaza y condena el maltrato de los animales y su explotación para la producción de alimentos, cuya comercialización y consumo impiden la adopción de medidas necesarias, justas y responsables a favor del bienestar de los animales, y el movimiento global para la defensa de sus derechos, un colectivo al que pertenecen también varias asociaciones españolas como Amnistía Animal, ADDA, ALA, ANPBA, ASANDA, ATEA, Derechos para los Animales, OLGA, etc., que defienden los derechos de los animales y condenan la crueldad institucionalizada de las corridas, canalizando la indignación pública hacia estos espectáculos, como en la primera marcha antitaurina de la primavera de 1987 a la plaza de las Ventas de Madrid. Protestas que no siempre reciben la atención adecuada de los medios de comunicación por temor a perder los favores políticos y económicos de los intereses taurinos e institucionales que las apoyan.

Por un futuro sin diversiones sangrientas

El mayor rechazo de la sociedad a las guerras y los espectáculos crueles en los que se torturan y matan animales por lucro y diversión, debería generar una actitud menos tolerante con la violencia que sufren los animales y degrada a toda la sociedad; sin embargo, aunque algunos festejos crueles, como el lanzamiento de una cabra del campanario de la iglesia de Manganeses, ya no se permitan; otros, como el “Toro de la Vega”, que consiste en perseguir a un toro por el campo hasta matarlo con una lanza para disputarse sus testículos como trofeo, encuentran su justificación en las corridas de toros y siguen contando con el suficiente apoyo institucional, representado por intereses taurinos, que no permiten educar a la sociedad a valorar por igual a todas las víctimas de la violencia, impidiendo la adopción y ejecución de una verdadera ley estatal de protección animal, acorde con una sociedad democrática evolucionada que respeta los intereses de los más vulnerables.

Si podemos establecer que somos lo que comemos y rechazamos la violencia relacionada con el consumo de carne, también debemos dejar vivir a los demás. Si nuestros alimentos son nuestra medicina, también pueden permitirnos redefinir el significado de lo que llamamos diversión y lograr alimentar el espíritu, o el alma, aprendiendo a apreciar los alimentos obtenidos sin violencia ni crueldad. Si realmente somos seres compasivos, cada uno de nosotros debemos ser parte de la solución y pedir la abolición de las corridas de toros y de toda su simbología supremacista que hace una fiesta del dolor, centrando nuestros esfuerzos en debilitar los cimientos políticos y económicos que hacen posible que perdure un anacronismo de nuestro pasado sangriento que no tiene lugar en una sociedad que se autodefine como moderna, democrática y solidaria.

“Según una encuesta reciente, el 68% de los españoles no están interesados en las corridas de toros, siendo los jóvenes y las mujeres quienes menos las apoyan. Los catalanes y los gallegos, con el 81 y el 79%, respectivamente, son los que están menos interesados. Otros datos reflejan que el 82% de los españoles no han asistido nunca a una corrida, mientras que el 87% condenan el sufrimiento animal en los espectáculos públicos”.
ESCRITO POR: Francisco Martín,Presidente de la Asociación Vegana Española (AVE)
video-cancion SKA-P " Verguenza, Torero asesino" http://www.youtube.com/watch?v=H6mbF-15R0M
ANTITAURINO SIENPRE ! ! ! ! !
ACABAREMOS CON ESTA BARBERIE, Y CON MUCHAS OTRAS QUE SE COMENTEN CONTRA LOS ANIMALES, NO DEJEIS DE PONER VOZ A LOS SIN VOZ, A LOS MAS DEBILES, A LOS ANIMALES.

Dama de vida. "Juanfra M.L"


Dama de vida
Entre tus formas yo sueño con perderme
Tu cálido aliento me protege contra todo mal
Tu abrazo eleva mi alma al cielo
Un suspiro de tranquilidad emerge cuando exhalas
Una caricia calma mi espíritu
Tu susurro eriza mi piel
Tu mirada dibuja en mi rostro una sonrisa
Eres capaz de dar vida con un soplo de tu aliento
Y de quitarla con tu roce
Tan fuerte
Y a la vez
Tan frágil

Dama de vida
Que en tu seno acoges a criaturas tan iguales
Tan distintas
Tu magia envuelve todo cuanto rodea
Tus lagrimas son fuente de vida
En tu piel afloran miles de maravillas
Tu fruto libra del hambre
Dama de vida
En tus bastos prados yo me he de perder
En tus precios valles volveré a nacer
En tus exuberantes junglas sentiré un nuevo amanecer
En tus desiertos me acariciara el calor de tu amor Tus ríos mi cuerpo arrastrara a un absoluto placer
Tus lagos calmaran mi mente
Y tus mares relajaran la esencia de mi ser
Una sola mirada basta para apreciar todo tu poder
Para ver la belleza con la que deslumbras
Somos fruto de tu magia
Tu brujería nos regala una sensación de placidez
Capaz de seducir hasta a la persona con el corazón mas negro
Tu que nos entregas todo cuanto necesitamos
Que nos mimas y proteges en cada abrazo
Y sin embargo
Nosotros te maltratamos
Incapaces de decirte gracias somos
Insuficiente es el esfuerzo que unos pocos realizamos
Por cuidarte, por mantenerte tan perfecta
Yo solo soy un pobre loco que te escribe estos versos
Un pobre loco que te ama
Que te quiere dar las gracias por todo tu esfuerzo realizado
Dama de vida
Cuando mi cuerpo caiga en el olvido
Te lo entregare a ti
Tu musgo mi cuerpo putrefacto ha de cubrir
Mi alma se quedara para cuidar de ti
Algún día todo aquel que hoy te maltrata pagara por su pecado
Sentirá tu ira
Y se dará cuenta
Que solo tu
Eres dama de vida
"ESCRITO POR MI; Juanfra M. Lorente"